¡QUIETO!


¡ADELANTE! Como un felino al acecho, el bólido sale disparado. La violencia del impulso hace que el conductor se quede pegado al asiento. El deportivo toma la curva abriéndose al límite. La goma de los neumáticos de 19 pulgadas chirría. Sale de la curva, mete quinta, sexta… ahora el motor demuestra de lo que es capaz. El sistema de escape ruge mientras el cuentarrevoluciones se aproxima a la zona roja. Así es el deporte del motor. Así es el Opel Astra OPC EXTREME. Opel Post ha sido testigo de cómo hacen los fotógrafos para plasmar ese mensaje en imágenes.

Que no se mueva pase lo que pase. ¡Ni un milímetro! El protagonista está aparcado, el freno de mano puesto, el motor callado. Es una tarde de febrero en un estudio fotográfico de Wiesbaden en el que se van a crear imágenes que evocarán el olor a gasolina en quienes las vean; pero, de momento, solo huele al alcohol sólido con el que están calentando el pollo al curry. Comida ligera para un trabajo duro. El fotógrafo Axel Wierdemann —un hombre fornido, con sudadera amarilla y vaqueros— está sentando en una silla ante un ordenador portátil con visera. A su derecha está la cámara profesional. Las patas del pesado trípode están fijadas a la barandilla con bridas.

 

Wierdemannsheil: Der Fotograf taxiert von seinem Hochsitz aus die Frontpartie. Ist sie perfekt ausgeleuchtet, drückt er ab.

Visión a través del objetivo: Axel Wierdemann ve directamente en su portátil lo que capta la cámara que tiene a su lado.

 

NADA QUE VER LOS COCHES FAMILIARES
Las barandillas delimitan la galería semicircular, justo debajo está el set y en el centro de la sala un Astra OPC EXTREME de 300 CV de potencia del año 2014. Plateado oscuro, alerones traseros, aplicaciones de carbono, vinilos con motivos de carreras. Los genes deportivos también se notan en el interior: por detrás de los asientos deportivos sobresalen los arcos de seguridad en aluminio. Nada que ver con los coches familiares. Alrededor del coche están dispuestos una docena de focos de distintas potencias y su luz incide directa o indirectamente en la carrocería. Una moqueta de goma negra cubre el suelo del estudio y su superficie le da al set el deseado toque asfáltico.

“Transmitimos nuestro lenguaje visual y formal a través de los medios”, subraya Gerhard Gräf, responsable de Visual Communications de Opel. Su cometido es conseguir imágenes que resalten las raíces del vehículo en el mundo de las carreras. “Hoy es el segundo día de la sesión fotográfica de tres días con la que obtendremos unas cuatro o seis imágenes que mostrarán detalles del exterior y del interior. Deben estar listas a principios de marzo y, en todo caso, antes del Salón del Automóvil de Ginebra”. Se publicarán en la web de Opel y se cargarán en lápices USB destinados a la prensa.

 

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Una escalera muy útil: Axel Wierdemann hace unas tomas de prueba de la parte trasera y empieza la siguiente ronda de la sesión.

 

“Mostramos una situación abstracta con un contraluz extremo en la recta de salida y llegada. La luz de fondo debe envolver el coche”, así define Gräf la puesta en escena. Desde arriba, Wierdemann hace de fotógrafo y director al mismo tiempo. Su posición le permite ver la parte frontal y el lado del conductor. Para la imagen que quiere conseguir es necesario que la rueda delantera izquierda esté perfectamente iluminada de modo que se pueda ver la estructura de carbono de la llanta. Wierdemann comprueba la composición. Primero mira a simple vista, después por el visor de una de las cámaras, incluso comprueba detalles con unos prismáticos. Sus ayudantes montan y ajustan tubos de luz y filtros, focos y trípodes. Wierdemann comprueba la escena por última vez y dice: “Empiezo a exponer”. Pulsa el disparador y ¡clic… clic!.

 

WIFI EN LUGAR DE ESCALERA DE CARACOL
Los datos gráficos utilizan la WiFi en lugar de la escalera de caracol para ir de arriba a abajo. Segundos después de la toma llegan al ordenador de Bernd Mayer que está sentado a unos metros del vehículo en una mesa con ruedas. Él edita las imágenes y hace la postproducción. Muchas exposiciones parciales en las que cada una tiene un detalle perfectamente iluminado se convierten en una única imagen en su ordenador, donde también recrea el ambiente de un circuito de carreras. Mayer amplía los componentes y los detalles, hace malabarismos con la luces y las sombras, recorta fragmentos y luego los añade a la imagen final como si de las piezas de un puzle se tratara. Wierdemann mira por encima del hombro de Mayer: “Me mata la curiosidad, ¿ya se puede ver algo?”. Sí, se puede. Ambos discuten sobre como incide la luz sobre el pliegue central del capó. “En el Astra OPC EXTREME se juntan la pintura de varias capas, los vinilos brillantes y los componentes mates de carbono”, explica Wierdemann. “Como la superficie es tan heterogénea, necesitamos muchos niveles de imagen”.

 

Vier-Augen-Prinzip: Gerhard Gräf (rechts) tastet sich mit Axel Wierdemann an die knackigste Heckansicht des Supersportlers heran.

El principio de los cuatro ojos: Gerhard Gräf (derecha) tantea con Axel Wierdemann cuál es la mejor vista de la parte posterior del superdeportivo.

 

Entre una cosa y otra, ya son las 17:00 horas. El mejor perfil del bólido ya está listo. Junto con Köhler y Engels, Wierdemann retira las pesadas moquetas protectoras. Para mover el coche hay que quitar el asfalto. En el estudio las cosas funcionan de otra manera. Para girarlo 180°, utilizan los músculos y cuatro GoJaks: un sistema de rodillos que se coloca bajo las ruedas de 19 pulgadas. Con un pedal se eleva el deportivo y entre todos lo giran hasta la posición que ofrezca la mejor parte trasera a la cámara. Solo falta limpiar las huellas de los dedos y el cambio de posición habrá concluido. Y todo sin el estruendo del tubo de escape, ni el olor a gasolina ni los anchos neumáticos derrapando. ¡Lástima!

 

LA PERFECCIÓN NO TIENE HORARIO
Ahora Wierdemann busca el contacto físico para encontrar la perspectiva ideal para la siguiente toma. Rodea el coche, se pone en cuclillas, se sube a la escalera y luego se pone de rodillas, se tumba boca abajo y hace algunas pruebas con la segunda cámara. Se desplaza dos pasos a la derecha, tres a la izquierda y discute con Gerhard Gräf los posibles ángulos visuales. Se ponen de acuerdo. Ambos suben por la escalera de caracol. Son más de las 18:00 h. Gerhard Gräf se ha instalado en la mesa de reuniones de la entrada y ha abierto su portátil. “Ayer se nos hizo tardísimo”, dice. “Espero que hoy terminemos antes de las diez”. Pero el perfeccionismo de Wierdemann no sabe de horarios. “Por favor, Martin, pon un 2000 directamente bajo el techo tensado”. Köhler coloca un gran foco. “Más cerca, casi tocándolo. No, un poco más atrás”. Parece que la tarde va a ser larga en Wiesbaden.

 

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Astra OPC EXTREME

DEL CIRCUITO A LA CALLE

El Astra OPC EXTREME es un impresionante coche deportivo que se dará a conocer en el Salón del Automóvil de Ginebra (1-16 de marzo). El superdeportivo lleva a la calle la tecnología de carreras de su hermano, el Astra OPC Cup del campeonato de resistencia de la VLN. Los excelentes componentes de fibra de carbono (como el capó, techo, llantas y alerón trasero) le ahorran sus buenos 100 kilos. El motor turbo de dos litros y más de 300 CV convierte al Astra OPC en el cuatro cilindros de Opel más potente de todos los tiempos. La pintura de varias capas, los detalles en vinilo, el spoiler delantero y los faldones laterales potencian el carácter deportivo del diseño, que también se ha otorgado sin concesiones al interior: asientos de competición Recaro, arcos de seguridad, aplicaciones de carbono y costuras amarillas con la estética Opel del automovilismo. En el transcurso de este año, el superdeportivo aparecerá en una pequeña serie limitada apta para la calle.

Ya ha habido otro coche de carreras basado en el Astra que ha pisado el asfalto. En el Salón Internacional del Automóvil 2001, Opel presentó el Astra OPC X-treme Concept, un prototipo en rojo sangre con puertas de mariposa y motor V8, pero este descendiente del Astra V8 Coupé del Campeonato Alemán de Turismos fue una pieza única.